miércoles, 23 de octubre de 2013

Raining in Tizimín..

Perdóname blog mío, te he abandonado.. y en esta tarde lluviosa la voz rasposa del vocalista de Counting Crows me trajo a la memoria una anécdota de desesperación que me encantaría evocar para guardarla por aquí, para disfrutarla un poco más a la distancia o para bien hacer cumplir aquella frase que siempre me gusta lanzar al aire como si funcionaran los hechizos cuando me encuentro en situaciones escabrosas: "después me voy a reir de todo ésto" y pues.. a reírse pues.

   Era el 2007, ya hace un buen rato. Por cosas de trabajo me tuve que ir de mi cómoda ciudad y comenzar a trotar por el interior lejano del estado. Conocer lo que significa una letrina y demás cosas que los aventureros buscan por emoción y entusiasmo propio. Tuve que saber que no me gustaban hasta que las conocí.  Tenía de jefe a un súper ogro. Un tipo bastante neurótico que se encargaba de sembrar terror entre quienes a bien debiéramos seguir sus instrucciones como máxima autoridad muy a ojo pequeño al estilo de la época donde la sumisión estaba bien vista. En resumen, un tipo nefasto con quién más de una vez me hice de palabras al querer levantarme la voz y aporrearme la mesa como si por acta matrimonial y no laboral, hubiera decidido aguantarle la neurosis..
  De un municipio medio lejano del muy lejano en el que yo me encontraba, el tipo me citó en su oficina que se encontraba en la ya "cosmopolita" ciudad de Tizimín. A última hora, a ultimátum, o como acertadamente diría mi abuela: "a la puras ganas de joder"
  Tardaba alrededor de dos horas para salir de mi comunidad y para llegar a Tizimín era una hora y media más..  Recuerdo que llovía mucho y la cita era al día siguiente a las 7:00  (si vamos a joder, hagámoslo bien) de la mañana. Por miedo de fallar  puntual a la nefasta cita, decidí irme la tarde anterior sin hacer cuentas de horario como si viajara a Europa. Es decir, no tomé en cuenta el jet lag económico ni mucho menos el emocional.
   Llegué "tardísimo" a Tizimín ocho de la noche, calles vacías, ciudad fantasma bajo la lluvia.. después de casi casi dos burros, tres carretas y dos camiones. Hábil como soy, tenía en cuenta que encontraría un cajero.. pero, para mi mala suerte no fue así. Dos no servían y.. dos no servían y se acabó te jodiste porque en ese tiempo solo habían DOS cajeros en esa ciudad.. Pero  ay, por favor..en el hotel puedo  pagar con la tarjeta sin problema.  Wake up you idiot: En el hotel de alguna ciudad normal, no en la dimensión desconocida. Fuck.
  Después de lloriquearle sin éxito a la dueña del hotel: que si mañana lo saco del cajero, que si le llamo a mi papá para que me lo envíe por estafeta, que si envío a mis monos voladores por el dinero y me lo traen en dos horas, que si me lo manda mi hermana por e-mail.. nada, no la convencí.  Imagine a cualquier extranjero enterándose de que "no pues en este hotel no se aceptan tarjetas, puro cash.. y en este y en todos es lo mismo! "  Bien por promover el turismo con esa disposición vanguardista, tizimileños from hell. Bueno, era el 2007.. hace años luz. Espero que eso haya cambiado, en serio. Y si no ha cambiado no me lo digan, esas cosas me deprimen.
   ¿Dónde más puedo pagar con mi tarjeta? Pues claro, en el súper San Francisco de Asís Delorean Back in time, único súper grande en ese entonces, hoy en día no sé porque no he vuelto, ni volveré. Le guardo rencor profundo a ciertas ciudades.  Averiguo y que sí se podía pagar con tarjeta y pienso: ¡Perfecto! Ahora mismo le pido a cualquier persona amable y hospitalaria de este pintoresco lugar sin cajeros y claro que me van a entender y por supuesto que me van a ayudar..  Inocente, tonta, ilusa...absurda.
   Nunca olvidaré lo que me dijo esa primera tierna señora de aproximadamente unos 80 años o más... ¿Lo vas a usar para drogas? ¿Te robaste la tarjeta, verdad? .... y yo ..  no señora, ¿cómo cree?, soy maestra  vivo en Mérida - Estás muy alta, no pareces yucateca- (¡eso me dijoooo! ¡a mí que soy mas yucateca que los PIBES!) pero es que no hay cajeros necesito donde dormir por favor le pago su súper y me da su efectivo porque en el hotel no me aceptan tarjeta bla, bla bla..  Y un rotundo: NO.
  Bueno, está bien.. (pensé para consolarme) es una señora mayor, prejuiciosa, dulce y tierna por fuera pero cruel y despiadada por dentro como Maléfica.  Pero la historia se repitió.. no una ni dos, sino CUATRO VECES más.  Me dijeron de todo.. y hasta cuando un viejo asqueroso me insinuó que si necesitaba "una cama donde dormir" pues él vivía muy cerca, como buena mujer en apuros, hice lo que todas hacemos cuando tenemos veinte y pico de años al sentirnos desesperadas : Me senté en la puerta del San Francisco de Asís a llorar como pendeja.
   Pero la lección de vida no había acabado conmigo. Una chica de aproximadamente unos quince años se me acercó al verme llorando y se puso a escuchar mi trágica historia de problemas del cuarto mundo y yo le conté todo entre sollozos y mocos. - Si quieres le puedo decir al padre que te deje dormir en el atrio de la Iglesia-, me dijo con tono inocente .. y  entonces  fue cuando el pánico se apoderó de mí por completo y mis sollozos se convirtieron en un amargo llanto desesperado.
  Y  entonces sucedió, como diría Kevin Arnold en The Wonder Years. Un chavo ruco canadiense que paseaba por ahí se acercó a nosotras y con un atropellado español me preguntó - ¿Qué tiene estar bien usted muchacha? ¿Necesitar ayuda? - ¡Yes sir please help me!- Le expliqué todo mi drama para que antes de terminar me dijera que no había problema, que pagara su súper y con mucho gusto me daba el efectivo, faltaba más. Tan fácil. Piece of cake, he said. In your face maldito Tizimín.
  Asistí a mi cita puntual al día siguiente y fue la última vez que tuve la desagradable necesidad de soportar las histerias de mi nefasto jefe como bonus track del disco. Me largué de Tizimín maldiciendo sus cajeros y la facilidad con la que uno se ahoga en la lluvia de una ciudad ajena. Me llevé en mi corazón para siempre a aquel chavo ruco canadiense que se compadeció de mí y jamás regresé a esa ciudad. Ni regresaré. Porque como ya dije, hay ciudades que se ganan el odio despiadado de uno, pero esa en especial a la que jamás le perdonaré haberme dejado casi a merced de dormir en el atrio de una iglesia y lo que es peor donde seguramente habían sacerdotes.

Te odio Tizimín, ojalá te mueras.






"Todo el mundo tiene un plan hasta que le parten la boca."

2 comentarios:

  1. Porque aqui no hay dedito arriba para poner "esta chingona esta historia"...

    Diablos!

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  2. jajjaaj No lo hay , pero los buenos comentarios se agradecen... empatía de mis catársis.
    SALUDOS :D

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