domingo, 18 de septiembre de 2011

Inteligencia emocional for dummies (para nada un texto de autoayuda)

Hace algunos años (ni tantos) sufría por lo que ahora sé, cosas completamente innecesarias. De a gratis,por deporte ocioso, por ignorante. Y sufría por cosas y situaciones que nunca dependieron de mí, aunque eso ahora lo sé. Por entregada, por "fiel", por confianzuda y confiada. Pero nada de eso estaba mal, lo malo era qué tan responsable me podía sentir si esas acciones bien intencionadas de mi parte salían completamente mal y hasta qué grado era mi responsabilidad real. Tuvieron que pasar muchas cosas, dejar ir de mi vida a no solo una sino a varias personas que jamás regresaron y de las cuales extraño a la enorme y significativa cantidad de: cero. Pero eso es ahora, antes tal vez no, antes me pude haber lamentado por "haberlas dejado ir". Ahora pienso diferente, (de hecho hace muchos ahoras que pienso diferente), reconocí recursos emocionales prehistóricos que pudieron entorpecer mis sentimientos durante mucho tiempo y no, no me siento un paso más allá que los demás ni como si hubiera descubierto "El secreto versión 1.1.1" por que sé que no es algo nuevo para mucha gente y que en efecto es algo efectivo y notablemente evidente en las personas que más en armonía conozco y tengo cerca de mi vida.
Ahora, la parafernalia está dicha, pero existimos seres más simples que comprendemos la inteligencia emocional en un contexto más coloquial y alegre: nosotros los dummies.
Por eso les comparto unos sencillos pasos que torpemente he descifrado yo misma para ponerla en práctica , no sin olvidar primeramente ponerse siempre en el lugar de los demás antes de hacer cualquier cosa por burdo y absurdo que parezca, cuando al parecer a los demás les podría importar poco lo que cualquiera pudiera sentir a raíz de sus acciones y la "empatía" actual bien podría explicar por qué el mundo es en gran medida lo que es, pero esa es otra cuestión, vayamos a los pasos simples:

1. La mejor aliada es la intuición. Intuimos acciones ajenas. Las notamos, las sentimos. Nos damos cuenta cuando alguien nos aleja arbitrariamente. ¿Por qué negarlas? En algunos casos bien podríamos hablar con el sujeto en cuestión. Usar las palabras,hacer el intento y si luego nada cambia entonces vienen las acciones. Irse (poco o del todo) nunca falla. Como decía sabiamente Nietzsche: Donde no se puede seguir amando, hay que pasar de largo. Pare de sufrir.

2. Cada quién es arquitecto de su vida. Este dicho populachero es de lo más sabio que pueda existir. Y yo lo pondría de la mano con "Live and let die" de Sir. Pal McCartney encerrando en esa frase sin más complicación más allá del respeto y la empatía, cada quién corta y confecciona su vida. El problema es cuando se nos ha enseñado que debemos "cambiar al mundo" "ayudar a los demás" "ser buenos amigos" Pero, ¿ qué pasa cuando nuestra ayuda no es requerida?

3. Da ayuda solo cuando te la pidan.  Creo que este tercer paso no requiere más explicación. Dejar de ser un metiche como práctica vivencial.


Podríamos entrar en el conflicto de lo que sucede cuando existen personas que no sepan cómo pedirnos esa ayuda ni sepan cómo llegar a nosotros. Pero ¿Cuándo se ha sabido de alguien en peligro que no haya sabido cómo gritar?

En modo extremista, para mí ésto es ser inteligente emocionalmente: ayudar a quién te lo pida y querer a quién se deje.Las responsabilidades de los demás y las mías.
De resto, vivir y dejar morir es mi filosofía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mis viejas

Me propuse hacerme una lista de algunas mujeres, unas famosas y otras no tanto que me hacen sentirme orgullosa de mi género. Y aquí están. ...