viernes, 25 de mayo de 2018

Quien fuera..

Tengo ganas de escribirte un cuento con ventajas. Con algunas que me pueda inventar y con otras que tú le pongas. Un cuento con la ventaja principal de que cuando creas estar llegando al final, no se termine, sino que comience nuevamente por más de  la mitad para agarrar el rumbo que quieras.  Aunque ya hayan pasado más de siete años y menos de ocho.  Un cuento con giros inesperados que te hagan no querer parar de leer. Que retome la historia de un final de ultra miarda que hace tiempo le dí..
Un cuento tan tuyo que esté lleno de delirios y sueños. De música y viajes.. de citas y de frases que atesores.  De muchos  hasta luegos y hasta siempres. De ningún nunca más.
Quisiera que pudieras quedarte quieto mientras lo escribo, que no te movieras..que me dejaras verte,  que me tuvieras la confianza de inventarte un rumbo y supieras que no terminaré de escribirlo con una tragedia como las que ya conocemos, porque odiamos esas historias. Nos tienen hartos.
Quisiera que me confiaras el cuento que quiero escribirte, que tuvieras la certeza de que encerrado en la posibilidad de nunca acabarse, pudiera recomenzar siempre, con los dos como testigos y narradores de nuestra historia. Nosotros, desencantados y hasta cierto punto ya felices pero nunca conformes con la nada.
Me encantaría que me tuvieras esa confianza, esa paciencia y esas ganas de escucharme leértelo cuando lo termine. Eso que perdí hace tiempo..
Quién fuera la fortuna de verte sonreír o cagarte de la risa al final de escucharlo y platicar al respecto por horas.. hasta que esta vez sí me las cobres. Carísimas.
Voy a quedarme quieta mientras deduces si lo quieres o si me marcho. Es una pena que tal vez no sepas que eres un encanto al que me cuesta aún renunciar a pesar de tanto. Más allá de lo que se pudiera pensar.. esto quizás no es nada romántico. No te quiero para que me hagas cantar de amor, ni para que me pongas por fin a cocinar. A estas alturas, ya me cuesta cada vez más hacer cuentos imaginarios,  a estas alturas te quiero para una enorme complicidad.. deberías considerarlo.
Aunque sé que ser la excepción tal vez no esté en tus planes y te horrorices  solo de pensar en la posibilidad quedar atrapado en mis absurdos. Déjame escribirte un cuento con ventajas, prometo que esta vez ni me borro ni me largo.
Mi cuento con ventajas está lleno de las frases con las que a veces hablo: de esas en donde se entiende nada  y donde digo mucho.

Tú sabes quién eres, y si no... la nada nos ganó. Y yo que tenía tantas ganas de retomar ese cuento sin final...


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