Las mujeres mexicanas del fin de siglo ya no quieren ni pueden delegar su destino y sus guerras al imprevisible capricho de los señores, ya nisiquiera gastan las horas en dilucidar si padecen o no una sociedad dominada por el machismo, ellas no pierden el tiempo, por que no quieren perder su guerra audaz y apresurada, por que tienen mucho que andar, por que hace apenas poco que han atisbado la realidad del sueño dormido en la cabeza de la mujer que ilumina una vieja estampa con su cuerpo cargado de canastas y balas; para tener un hombre no es necesario seguirlo a pie y sin replicar.
Fragmento de “Puerto Libre” de Angeles Mastretta.
Bacano tu blog.
ResponderEliminarNos leemos.
Saludos y FELIZ 2010!!!
:)