Eres ese impulso fantástico a preguntarte mil quinientas cosas en mil quinientos segundos, aún sabiendo que no llegarás a alguna respuesta satisfactoria. Eres silencio, el arrepentimiento. El orgullo y la actitud que te parece inexplicable. Eres irse en silencio. Eres el arrebato honesto para decir "lo siento". Eres la parte de tu conciencia a la que no le importa si el destinatario merece la disculpa o no. La parte injusta que no tendría por qué pedir perdón. Eres el intento. Eres el sentimiento de decir todo lo que sentías, de no guardarte nada, eres las ganas de decir: hey, quédate siempre..mira, no te acabes..no te vayas.
Eres el fin del mundo que muy probablemente nunca pase. Eres la risa cómplice evaporada. La mueca fácil inesperada que se queda sentada esperando. Eres el nuevo pasado inminente. La intención fallida que alguien mandó a la chingada.
Eres la estupidez. El arrepentimiento inmediato y la paz que llega después cuando dejas las cartas sobre la mesa confiando en que no quedó de tí. Al menos lo intenté. Lo que soy y lo que dejo de ser, eso lo sé muy bien.
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