viernes, 11 de mayo de 2018

Waking life 2.0

No puedo moverme, me cuesta respirar. El dolor es tan intenso que siento que no puedo pensar. Más allá del dolor, me invade el miedo  y no sé qué hacer, si moverme o quedarme quieta. Se siente como si todos los demonios que sé que aún me guardo dentro quisieran salir de mi vientre.. como si me patearan con violencia y me quisieran llevar con ellos a no sé dónde, jalándome por los intestinos. Aún así me levanto de la cama y trato de justificar el dolor con mi angustia de una noche anterior en la que mi hija de cuatro patas se desvanecía en mis brazos tras vomitar verde radioactivo por todo el cuarto durante toda la noche y me tuvo en vilo sentada con ella en el piso esforzándome para hacerle beber su suero. Sí, eso es.. me dí un tirón..no pasa nada. Con una pastilla lo calmo, somos super héroes.. todo lo superamos. Nah, somos super estúpidas. Esa mañana mi perra ya movía la cola y se había salvado .. a mí me llevaba el averno.
Por culpa de mi maldito sentido de responsabilidad y nula humanidad laboral..me fui así a trabajar, como si fuera a salvar al mundo, como una mártir más de la mentada reforma pero en vivo, en directo y a todo dolor.  Aguanté  dos días completos así, como una campeona mega estúpida, solo me dolía cuando caminaba y cuando alguien me preguntaba si estaba bien sentía que en cualquier momento me ahogaría en un océano de mis propias lágrimas. Pinche cobarde, pensaba de mí misma.. aguanta vara, que no te vean llorar.. ¿por qué siempre castigamos a quien se supondría debemos amar más? ...
El médico me recetó inmovilidad mínimo por dos semanas..  - Es un tirón, una distensión - aseguraba y el dolor infernal cesaba tres días para  luego volver como un boomerang .. como los recuerdos que uno quiere olvidar y siempre regresan para fastidiarte. Mi mente catastrófica se autodiagnosticaba todas las enfermedades terminales que aparecían buscando mis síntomas en google. Estaba a mi límite.. a mi máximo, algo peor me iba a pasar. Lo sabía.
Después de dos semanas de completo hartazgo e inmovilidad regresé al trabajo.. todo bien y dos días  sucedieron sin pena ni gloria .. cuando un día volvió, peor que nunca, más fuerte y más despiadado. Me quebraba en los rincones, sentía algo que imagino podría sentirse como una iniciación para cualquier banda pesada. No pude más, grité  .. lloré  e intenté pedir misericordia  pero, ¿a quién? ..eso de no tener dioses a veces es una verdadera incomodidad.
Me vi en urgencias con el catéter en el brazo, el suero y pensando "me van a operar..ya me cargó todo el conjunto de wapayasos del averno" ya me vi sin apéndice.. sin vesícula, sin estómago.. sin paz.  Y mientras paseaba en silla de ruedas sollozando por los pasillos del hospital pensaba que no he amado lo suficiente para morir, que no he visto tres series que me recomendaron.. que aún no he visto a Tears For Fears en vivo y que aún no he ido a mi mejor concierto..  No sé qué me dolía más, si el estómago o todo eso.
Los médicos me hicieron análisis de todo.. rayos-x ..ultrasonido.. cinco tubos de sangre..- No tiene nada- decían.
- No hay piedras, la vesícula está bien, no hay apendicitis.. no hay banda, no hay orquesta... probablemente tengas colitis- Y yo lloraba y lloraba como Magdalena, entre aliviada pero aún en ese pésimo lugar del dolor inexplicable.
Me dieron pastillas y me mandaron a mi casa.. - Pero aún me duele .. mucho -   le dije  al médico con fervor y súplica como mi mamá cuando le reza a sus santos.. - Claro, por eso te estoy dando este medicamento.. se te pasará, tal vez es colitis - Un logro más de mi profesión: tener servicios médicos que te llenan de incertidumbre  y  que te hacen desear con entusiasmo que  el suicidio asistido sea legal  en un futuro. Me caigo al mar.
El dolor cesó unos días más.. con el riesgo de que todo lo que coma me de dolor le agarré un miedo absurdo a la comida, al stress y seguí trabajando así porque soy una terca y  esperando  una cita pendientes para lo mismo que en algún momento distante de este siglo tendré en el sistema de salud que pago cada quincena por obligación.  Lo bueno es que contamos con clínicas de primera que se mantienen con mis impuestos y mis cuotas, si claro por supuesto que no.
Esperando a la vuelta de la esquina y pendiente el dolor seguía ahí.. vigilando a algún movimiento, a cualquier cosa para volver.. ahora ya no solo sino de la mano con una angustia que jamás había sentido.. un llanto  que me asfixiaba y no me dejaba pensar más que en cosas catastróficas. Ya estaba harta, cansada de estar así.. no podía más.
Me recomendaron a un Doctor House.. estaba muy desesperada y fui a verlo. En una clínica particular, por supuesto. Le conté mi larga historia aún sumergida en esta cosa tan fea de la angustia, me dijo que se habían saltado un sinfín de exámenes para saber si no era otra cosa. Me hizo todos los otros exámenes. Me tranquilizó .. me hizo ver que mi viacrucis previo de casi un mes y medio había sido una completa equivocación.
Después de mis análisis me dijo: es LUPUS .. nah, no es cierto, solo quería darle un tono de Gregory House, pésimo chiste, lo sé. Me dijo que es un virus tratable con antibióticos junto con una anemia terrible.. tratable también. Al momento del tratamiento los dolores han ido retirándose junto con la señor angustia terrible y siento que vuelvo de nuevo a ser yo. Y más que nada poco a poco me regresa la paz.. Aunque aún me falta una cita más en el sistema de salud que casi me deja varada en la orilla del abismo, no quisiera cantar victoria. Aún así siento que desperté a la vida otra vez. Como aquella vez en el 2003. Algunos nos quedamos sin dioses, pero en la vida siempre encontramos médicos sin santos en sus consultorios.
Me guardo dos compases de alivio..por ahora. Mañana ya veré.


1 comentario:

Mis viejas

Me propuse hacerme una lista de algunas mujeres, unas famosas y otras no tanto que me hacen sentirme orgullosa de mi género. Y aquí están. ...