sábado, 24 de septiembre de 2011
A quién me vió aún siendo invisible.
Hace muchos días que muy probablemente lo que yo llamo dignidad sea ese paso que jamás me he atrevido a dar por nadie y que está tan de moda. Me libero de quién me libera y de quién también asume su elección. Pongo un dique a la voz tradicional: renuncio a ser apreciada como una eficiente copiadora xerox.
Reafirmo mi regusto por el cuerpo, por la inclinación perfecta al erotismo, al deseo de un personaje al tanto de mi regusto que vive, es libre y libera al cuerpo. Sus metáforas y sus símiles.
Por que existe otro modo de ser, también humano y más que nada libre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mis viejas
Me propuse hacerme una lista de algunas mujeres, unas famosas y otras no tanto que me hacen sentirme orgullosa de mi género. Y aquí están. ...
-
Fuimos titanes; fuimos siete años de tu aliento esporádico quemando mi nuca cuando se extinguían las horas y eras capaz de hasta cruzar un o...
-
Lo logré por un tiempo. Cerré los ojos y ya no estabas. Te desvaneciste y me olvidé de tí, no quedaba ni un pedazo de tus palabras, ni de tu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario