"Buenos Aires se ve....tan susceptible"
No sé qué tendrá Buenos Aires, pero quiero saberlo.
La Buenos Aires de Cortázar o mejor dicho de Adán Buenosayres que en su autobiografía nos lleva de la mano por sus soledades y sus calles. Soledades oscuras, introspecciones que más que llevar a la locura, llevan a la calma de no saberse tan solo en este mundo de accidentes y promesas. Tal vez sea la única ciudad donde cae el sol y se puede continuar soñando. La Buenos Aires sensual de Roberto Arlt y sus siete locos. La ciudad que inspiró a Alfonsina Storni, con sus salas de cine donde dan ganas de imaginarse qué películas disfrutaba con Horacio de Quiroga. Alfonsina y Horacio en Buenos Aires escuchando a Wagner. Solo ella sabe el verdadero secreto y si fueron amantes. Buenos Aires y los poemas.
Más que Paris, me da más ganas jugar a ser flâneurs como Horacio y la Maga en La Capital Federal. Aunque Horacio no llegó a ser Ulises, nunca fue héroe, nunca encontró el camino, pero ciertamente, a su regreso, dijo su narrador: En París todo le era Buenos Aires. Tal vez fue por eso.Tal vez a veces todo nos sea Buenos Aires.
Definitivamente hay algo en esa ciudad de Tango y maravilllas, de letras, flores y madres que aún buscan a sus hijos llorando por ellos en una plaza llena de añoranza. Quizás y son esos secretos que guardó de Alfonsina y Horacio, los de Oliveira y la Maga tan en París pero sin dejarla. Tal vez sea Mafalda tan de los 60s y tan de ahora.
Por el momento ,deduzco la Buenos Aires de Sábato, de Borges y de todos ellos. La de Cerati y la de Páez. Cae el sol y sigo soñando con algún extraño destino que un buen día pueda llevarme a caminar por las calles vacías de Buenos Aires Argentina.
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